Estaba por iniciar un segundo combate, sólo que esta vez no se trataban de peleas amistosas, había un gran público sediento de sangre. Me encontraba sumamente lastimado ya que minutos atrás había enfrentado una pelea. Como se nos obligó a tomar un arma para defendernos, adquirí la primera que apareció frente a mí, y se trataba de un bastón largo de bambú; pese a que quise cambiarlo por unnos chacos de metal, ya no se me permitió. Un hombre nos "limpiaba" con humo de copal, antes de entrar al área definida para pelear. Cuando me tocó a mí, sentí que algo se movía, agitado, dentro de mi cuerpo. Y me quedé navegando en ese mar de humo oloroso.
Corrí un poco para calentar mis músculos y no perder la condición física. No recuerdo más.
Alguien me acompañaba en plena carretera, pero no viajábamos en auto, sino que eran carros de mandado los que nos llevaban sobre el asfalto.
Sostuve una larga pelea con Erick, quien fuera compañero laboral, y era imposible vencerlo por su gran tonelaje, hasta que decido tomar uno de sus dedos y torcerlo con tal fuerza que resulté vencedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario